Adicción a los celulares inteligentes

Los “smartphones” o celulares inteligentes se han vuelto muy importantes y son cada vez más necesarios en nuestra sociedad. Ya que no son sólo teléfonos, son aparatos multifuncionales con miles de aplicaciones, que siempre tienen algo nuevo en qué ayudarnos.
Hoy, la mayoría de los jóvenes en sociedades industrializadas tiene uno, y en realidad se han vuelto muy útiles para realizar muchas de nuestras tareas diarias. Pero su uso diario se está saliendo de control. Si bien nos hacen la vida un poco menos complicada, con el uso excesivo han venido a convertirse en una barrera para la comunicación interpersonal.
¿Alguna vez te has puesto a pensar en todos los buenos momentos de la vida que perdemos usando un “smartphone” cuando no es necesario? Es terrible sentir la angustia de olvidar tu celular en algún lugar y a veces hasta parece que el corazón se detiene porque el aparato no aparece.
La tecnología puede ser muy útil, pero hay una fina línea entre la utilidad de algo y la obsesión con este. Las personas adictas a su celular sufren de nomofobia, fobia social que ya no es poco común entre los jóvenes.
Es realmente preocupante cómo la adicción a estos teléfonos ha hecho a algunas personas antisociales, incapaces de compartir en su grupo de amigos, familiares o compañeros sin tener que estar constantemente revisándolo.
Erika Suazo, estudiante universitaria, afirma que casi todas las personas que conoce se la pasan más en el celular, antes que leer un libro o socializar con otras personas.
“Estás en una mesa rodeada de amigos y en vez de sentir la satisfacción de estar con tus amistades y compartir, están todos pegados a un celular la mayoría del tiempo”, afirma la estudiante de 20 años.
“Muy pocas veces tengo mi celular lejos de mí. Casi todo el tiempo está conmigo, cuando no lo estoy usando lo tengo en mi bolsillo y si en algún momento no sé donde está me preocupo más de la cuenta”, dijo Jaime Vidal, estudiante de 20 años.
Los teléfonos inteligentes son de gran ayuda para nuestra vida diaria, por la capacidad de comunicarnos. Pero poseer uno de estos dispositivos no debe de convertirnos en personas autómatas.

0 comentarios:

Publicar un comentario